Por: Neus Lluna
– ¿Les gustan, queridos viajeros, las viejas historias?
Miré a mi alrededor, pero no encontré a nadie de quien pudiese provenir la pregunta.
– Verán, llevo tantísimos años aquí echando raíces que he tenido tiempo de ver y oír las más inverosímiles historias.
Fue entonces cuando dirigí la mirada hacia el árbol bajo el que nos cobijábamos, quien esbozaba una amplia sonrisa.
– Discúlpenme, me presentaría si no fuese porque ya no recuerdo mi nombre humano.
– ¿Entonces fuiste humano alguna vez?
– Sí, recuerdo que fui tan humano como tú y estuve tan perdido como tú en tu misma búsqueda. Hasta que un día me senté sobre esta misma piedra a escuchar la música del bosque y es tanta la belleza que me rodea que desde entonces ya no he sentido el deseo de buscar más. Y ya véis, jovencitos, que hace tantísimos años de ello que he llegado a echar raíces. Y aquí vienen a visitarme grandes amigos míos: los pájaros, los lobos, el viento, la lluvia… Y todos me traen noticias increíbles y cuentos maravillosos que me gustaría compartir con ustedes.
Así fue como mi perrito y yo nos dispusimos a escuchar las historias que nos iba a relatar aquel extraño y venerable Hombre-Árbol.
Historias:
La broma del liante.
La barquera.
Por: Neus Lluna
Escritora Inspiracional